Mamarracheando

Yo estuve en el Sacré Coeur...

...pasando desapercibida porque esto de ser el mito erótico de todos los lugares mundiales del Universo tiene lo suyo...

Sembrando

Muchos temas rondan mi cabeza para empezar esta andadura blogera, en las últimas semanas la chispa de la vida ha estado presente en forma de viajes (Granada y París), en forma de termine de vacaciones divertido, pero como estamos en la entrada de mi estación favorita me he decidido por inagurar este pantano con una inesperada visita a un bonito vivero malagueño con mis amigas y la hija pequeña de una de ellas, yo no iba a ir porque no tengo terraza y lo paso mal en esos lugares, conformándome con plantas de interior…y al final…pues no pude resistirme y me traje algunas cositas, entre ellas un pequeño y bonito rosal, su nombre: Emilio.

Cuando volvíamos del vivero tuve esa sensación de cambio de estación y sentí esa invitación al recogimiento, al chocolate calentito en buena compañía, a que la lluvia te pille por la calle y disfrutar del resguardo de alguna bonita cafetería. En esta estación, en la que las tardes no son tan perezosas como las de verano empiezo a hacer punto de cruz, cojines, dibujos, leo más, la creatividad vuelve a cual oscura golondrina y se queda dando calorcito. Me encanta llegar a casa de mis padres y no salir de la mesa camilla, en Málaga no disfruto de esa mesa porque el clima aquí no la llama, así que cuando me bajo en el andén en Córdoba, los pingüinos me llevan hasta la mesa camilla y…que trabajito cuesta sacarme de allí!. Y vosotros, que hacéis en otoño?, si fuerais una flor….cual seríais?